Unos de los principales problemas de hacer pan es el amasado porque existen mitos o por el mal entendimiento de lo que es hacer pan. Además de que se ha impuesto un pensamiento “mas rápido es mejor”. Pensar así es un gran error o un gasto de energía innecesario.
Hacer pan no debe ser una tortura, realmente debería ser un momento de relajación y de disfrute. Es allí donde el pan sin amasado toma el control y se hace el emperador de la cocina a la vieja escuela.
El porqué de que esta técnica funciona radica en como se forma el gluten, pero, ¿qué es el monstruo ese llamado GLUTEN?, Simplemente es la unión de un conjunto de proteínas hidrofílicas, gliadina y glutenina en mayores proporciones. Estas proteínas al estar en contacto con el agua se unen generando el gluten. Entonces, lo que se hace en el proceso de amasado es forzar la hidratación de las proteínas y ordenar toda la red que se genera para poder contener el gas que producen las levaduras y así obtener un pan esponjoso. Ahora, ¿qué pasa si nos tomamos el tiempo para que esa hidratación se dé de forma natural? Hacemos algunos dobleces para que el gluten se ordene, tenemos un pan en el que el esfuerzo del amasado es casi cero.
Receta
- 500 gramos harina
- 350 gramos agua
- 10 gramos sal
- 1 gramo levadura (si le agregas menos, mejor)
Procedimiento
Mezclar en un contenedor grande: el agua, la levadura y la sal, hasta que se disuelvan. ¡Recuerda que no vas a amasar! Agrega la harina y mezcla hasta que todo esté homogéneo y luego dejas reposar por 30 minutos. Pasado este tiempo, hacer dobleces desde el borde hasta el centro del contenedor, al rededor de 4 a 7 dobleces, e intentar voltear la masa para que los dobleces queden en el fondo del contenedor. Dejar reposar otros 30 a 60 minutos. Hacer los mismos dobleces. TRUCO: si te mojas las manos antes de hacer los dobleces la masa no se debería pegar en tus manos. Cubrir la masa o el contenedor con una plástico o tapa. Poner la masa junto con el contenedor en la nevera por 12 horas. Pasado ese tiempo saca el tazón de la nevera y dejar tomar temperatura, sacar la masa del tazón, colocarla sobre una superficie con harina y dar los últimos dobleces.
Si tienes una olla con tapa que se pueda meter en el horno vas a descubrir una nueva técnica de horneado. Calentar el horno a todo lo que dé y adentro la olla tapada. Cuando ya esté bien caliente el horno y la olla, hacer los últimos dobleces y poner la masa dentro de la olla, taparlo y al horno. Recomiendo una temperatura de 200 ºC. Mosca, porque la olla está caliente y te puede dejar marcas indelebles en la piel. Hornear por 10 a 12 minutos y luego de esto, quitar la tapa y bajar la temperatura 180 ºC para terminar la cocción y obtener color en el pan.
Por amor a la “no interacción de los neutrinos con la materia ordinaria”, dejar enfriar el pan antes de comerlo para poder apreciar los verdaderos sabores del pan.